viernes, 13 de febrero de 2009

Palabras para Julia

Palabras para Julia

(José Agustín Goytisolo)


Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía, es mejor vivir
con la alegría de los hombres,
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto,
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno,
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti,
cuando te escribo estas palabras,
pienso también en otros hombres.

Tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas,
que les ayude tu alegría,
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname, no sé decirte
nada más, pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Comentario de texto sobre el soneto XXIII de Garcilaso de la Vega

Autor emblemático del Renacimiento español, nace Garcilaso de la Vega en Toledo hacia 1.501. su corta vida se desarrolla durante la primera parte del reinado de Carlos I. Se casó en 1525, pero al año siguiente conoció a Isabel Freyre, una de las damas portuguesas de la emperatriz, de la cual se enamoró, pero ella se casó en 1.528, lo cual produjo una grave crisis sentimental en Garcilaso. Isabel murió de sobreparto en 1533. Su amor imposible y el dolor por la muerte de la dama dejaron profunda huella en sus poemas. En 1531 fue desterrado a una isla del Danubio y después a Nápoles, estancia en Italia decisiva para él, pues allí conoció a importantes humanistas, y leyó y estudió a los autores clásicos y escribió sus mejores versos. Murió en 1.536 en Niza, como consecuencia de una acción militar en la Provenza.
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Soneto Garcilaso